Si estás buscando las mejores excursiones desde Mykonos vas a encontrar un montón de post recurrentes recomendando los mismos lugares. Como ya te contamos en su momento, la más famosa de las islas Cícladas no es solo playa y fiesta, y ofrece algunas visitas culturales que no te debes perder.
Si viajas Mykonos en verano, no tendrás problema en encontrar conexiones diarias con otras islas y un montón de tours y salidas organizadas para pasar la jornada. Incluso si, como nosotros, lo haces en el mes de septiembre (nosotros lo recomendamos siempre) encontrarás muchas opciones disponibles.
No es necesario que busques y reserves tus excursiones desde Mykonos con anterioridad ya que al llegar a la isla verás que las alternativas son muchas y que, generalmente, en la mayoría de alojamientos tienen agencias concertadas.
La excursión más habitual es la visita a la Isla de Delos y era la que en principio teníamos en mente. Sin embargo no terminaba de convencernos ya que algunos conocidos nos habían comentado que las ruinas de Delos estaban bastante descuidadas. Cuando nosotros estuvimos (septiembre 2019) salía un barco por la mañana y otro por la tarde. La entrada a Delos no está incluida en el precio del tour.
Naxos era otro de los destinos que nos apetecía mucho y no es que no sea posible encontrar excursiones desde Mykonos a esta preciosa isla pero, teniendo en cuenta la duración del viaje y sobre todo los horarios de vuelta del barco, en la agencia de viajes nos advirtieron que quizá el precio del ferry era excesivo para pasar unas pocas horas en Naxos. Así que nos dejamos aconsejar tanto por la agencia como por la recepcionista de nuestro hotel, que nos recomendaron dos islas menos concurridas y más cercanas a Mykonos: Tinos y Andros.
Ambas están en el trayecto de Mykonos a Naxos pero Tinos está mucho más cerca.
Excursiones desde Mykonos: cómo llegar a la isla de Tinos
Son varias las compañías de Ferry que salen del puerto de Mykonos. Nosotros compramos los billetes en la agencia Sea & Sky (no, no tenemos comisión) Por la mañana, a las 11, salimos en una embarcación de alta velocidad de la compañía Seajets. Nos sentamos en la cubierta de popa y nos mojamos un poco (nada de qué preocuparse). El trayecto hasta Tinos dura 25 minutos y cuesta poco más de 4€.
La vuelta, Tinos-Mykonos, la hicimos en un ferry de la compañía Golden Star, que son una auténtico lujazo: cómodos, silenciosos y con servicio de cafetería. No me hubiese importado hacer un largo trayecto con ellos. El último ferry era a las 19:00, aunque en su web aparece ahora uno a las 20:25. También hay dos categorías, uno más rápido (20 minutos de trayecto) y otro que tarda 35. Los precios, 12€ los primeros y 8€ los segundos.
Qué ver y hacer en Tinos en una excursión desde Mykonos
La verdad es que nuestra excursión por libre a las isla de Tinos fue un tanto improvisada. No encontramos demasiada información sobre lo que podíamos ver y hacer, excepto la recomendación de ver la Iglesia de La Virgen María de Tinos centro de peregrinación mariana que congrega a miles de devotos, especialmente en 4 fechas al año.
Nos sorprendió nada mas bajar del barco, encontrar una larguísima alfombra roja que llegaba, calle arriba, hasta la iglesia. Parece ser que los devotos hacen todo este camino de rodillas. Nosotros, la verdad, no somos mucho de turismo religioso. Aun así nos acercamos a visitarla.
Si os fijáis un poco en la foto, los pivotes a la izquierda delimitan la alfombra por la que suben los penitentes. Lo mejor son las vistas sobre el mar, lo peor el ambiente un tanto recargado del templo, repleto de exvotos de todo tipo. Como curiosidad, pudimos asistir a la celebración de un bautizo, por el rito ortodoxo.
Importante: en Tinos no hay (o al menos no había en 2019) oficina de turismo. De hecho preguntamos en una cafetería y la respuesta fue una sonora carcajada. A Tinos no llegan demasiados turistas extranjeros, tan solo turismo interno y en especial religioso. Por tanto, se respira un ambiente totalmente local y auténtico, nada que ver con la bulliciosa Mykonos.
Frente al puerto está la «estación» de autobuses, en la que encontramos un folleto de una agencia que ofrecía tours por la isla. Lo malo, que el horario no coincidía con las horas de nuestra estancia. El tour que ofertaban estaba realmente bien, ya que incluía localidades como Volax, famoso por su paisaje de peculiares formaciones rocosas, o Pyrgos, conocido por sus artesanos y escultores del mármol.
Allí mismo sale el autobús que sube hasta el Monasterio de Agias Pelagias que también perdimos por los pelos (solo había 2 diarios) ¡Es lo que tiene improvisar! En cualquier caso tampoco me entusiasmaba la idea de ver la cabeza de la monja Agia Pelagia, aunque me disgustó perderme las que dicen son las mejores vistas de la isla.
Visto lo visto, seguro que os estáis preguntando ¿Entonces, qué narices hicisteis en Tinos? Pues despreocuparnos y olvidar cualquier atisbo de malhumor por no haber planificado la visita. La capital, Chora, tiene suficiente encanto para pasar una jornada de relax y disfrutar, por ejemplo, de su gastronomía, del encanto de sus callejuelas, de sus tiendas y puestos de productos típicos (especialmente quesos y dulces) de un paseo junto al mar…
Lo mejor de Tinos (Chora) en un día
Por supuesto, nos referimos a la capital. Es cierto que otra opción hubiese sido la de alquilar un coche y recorrer la isla pero las cosas van como van y, al fin al cabo, son vacaciones ¿No?
1. Perderse en las callejuelas del casco antiguo
Poco hay que decir, porque cada rincón es una auténtica postal…
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2. Disfrutar de su increíble gastronomía
Si, porque además de restaurantes de pescado fresquísimo, los quesos, las verduras o el cordero forman parte de platos increíbles. En nuestro caso optamos por una taberna que nos recomendó la dueña de una tienda de artículos de regalo. Por cierto, y qué rabia me da, no soy capaz de recordar el nombre de esta tienda. Nosotros compramos un imán en madera pintado a mano, que es una preciosidad.
La taberna es Μαλαματένια (Malamatenia) y su cocina, auténtica y, sobre todo, no para turistas, nos conquistó. En mi caso, que soy una fan incondicional de las berenjenas, este plato «similar» a la parmigiana italiana me robó el corazón ,y el estómago, pero tengo que decir que el cordero en papillote a baja temperatura estaba de 10.
3. Tomar un café, o dos, o tres…
Encontrar un café librería como el «Antilalos» donde además el café estaba realmente bueno (importante, eh). Si el exterior es bonito, ni os podéis imaginar por dentro. El primer piso era como el saloncito de casa, con sus vitrinas llenas de libros, sillones y mesas bajas. También tiene una preciosa terraza.
4. Pasear por la playa de Kionia y visitar el Santuario de Poseidón
Apenas 3 km separan Chora y Kionia. Se podría hacer tranquilamente a pie pero nosotros tomamos el autobús de línea que salía regularmente (tampoco recuerdo la frecuencia pero había muy seguido) Lo mejor del trayecto es ir viendo la costa y descubrir un par de pequeñísimas iglesias que están, casi literalmente, sobre el mar. Creo que no conservo ninguna foto en mi teléfono pero las playas en Tinos son muy tranquilas y poco masificadas. Restaurantes, apartamentos y pequeños hoteles junto al mar a precios más que razonables, sobretodo si los comparamos con otras islas griegas.
Lamentablemente las ruinas de este santuario están en un estado, valga la redundancia, lamentable. La desidia y falta de inversiones para el mantenimiento del enorme patrimonio griego producen una enorme tristeza. Algunas piezas recuperadas pueden verse en el Museo arqueológico de Tinos.
Según la mitología, el nombre de Tinos significa isla de las serpientes y fue precisamente el dios Poseidón quien arrojó a las serpientes al mar, por lo que se erigió este santuario en su honor. De Tinos se dice también que fue la morada de Eolo, dios de los vientos.
5. Observar su arquitectura y especialmente los palomares
Aunque en otras zonas de la isla son más abundantes, en Chora también se encuentran algunas de estas típicas edificaciones, que se dedicaban a la cría de palomas, actividad introducida por los venecianos, quienes dominaron la isla de Tinos durante más de 500 años. La carne de paloma era muy apreciada y sus excrementos eran utilizados como fertilizantes.
En resumen, si estás pensando en hacer una o varias excursiones desde Mykonos, y conociendo nuestra experiencia, piensa que conocer Tinos es una buena idea. A nosotros nos gustó descubrir esa otra Grecia, alejada del turismo de masas y no descartamos, en un futuro, visitarla con mas tiempo o incluso pasar unos días en la isla.
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