Malta ha sido desde siempre uno de los destinos de playa más frecuentados por jóvenes de todo el mundo, que cada año atrae casi 2 millones de turistas. No os dejéis engañar por su tamaño: Esta pequeñísima isla situada debajo de Sicilia cuenta con muchísimas opciones para acontentar hasta los más exigentes turistas. Durante todo el año tienen lugar muchísimos festivales culturales, musicales y gastronómicos.
El carácter mediterráneo ha influido en muchos aspectos de la isla: desde su concepto de vida nocturna a su gastronomía. El festival de verano de las artes y el festival internacional de jazz son sólo dos de las citas a destacar en la agenda cultural maltesa.
Su gastronomía recibe influencias de la cocina italiana, española y turca. Muchos dulces han sido adaptados de la repostería tradicional siciliana, como los cannoli o el semi-freddo.
Malta cuenta con un sinfín de restaurantes y chiringuitos donde pararse a comer. Uno de mis preferidos es el ‘Barracuda’, situado en St. Julians. Una atención exquisita, unas vistas a la bahía impresionantes y un ambiente casi de lujo a precios imbatibles. La cocina es cuidada y refinada, con una gran variedad de platos italianos en el menú. Un sitio donde volvería sin dudar…
Hay 3 localizaciones principales declaradas patrimonio de la humanidad en Malta, pero la más importante es sin duda la ciudad de La Valeta. Definir la arquitectura maltesa es difícil, paseando por sus calles puedes encontrar elementos barrocos, renacentistas y neoclasicos, con algunos toques de arquitectura moderna en determinadas zonas. Si eres estudiante o amante del arte quedarás impresionado recorriendo esta ciudad, que ha resistido desde las invasiones otomanas hasta la segunda guerra mundial. Iglesias, museos, teatros, jardines… Malta lo tiene todo.
Si lo que queréis es disfrutar de la vida nocturna basta con acercarse a Paceville. Encontrareis desde clubs lounge y pubs hasta discotecas en cada esquina, casi todos con entrada gratuita. DJ’s de fama internacional actúan los fines de semana durante todo el año.
Para los que quieran algo más de tranquilidad, en La Valeta hay muchísimos cafés. Uno de los que más me gustaron (Y que ha llegado a expandirse hasta Budapest) es el Café Jubilee, un pub de estilo irlandés con decoraciones vintage en su interior donde se puede degustar una óptima cerveza y escuchar música en vivo.
Muchas de las playas de Malta son de piedra, aunque nada tienen que envidiar a las de arena, pero si cruzamos a la isla vecina de Gozo podremos disfrutar de varias playa de arena fina y aguas cristalinas.
Gozo es el paraíso de muchos submarinistas y amantes de los deportes acuáticos: El famoso blue hole es una de las formaciones rocosas más visitadas del mundo. Situada frente a la ‘Ventana Azul’ cuenta con una profundidad media de 20 metros.
Comino es un punto casi deshabitado (4 habitantes entre los que se incluyen un agricultor que posee una granja de cerdos) situado entre Gozo y Malta. Cada día cientos de barcos parten en dirección a esta diminuta isla para llevar a los turistas a otro de los sitios icónicos de malta: la Blue Lagoon o Laguna azul, una pequeña cala de aguas casi caribeñas donde poder disfrutar del sol y de un buen chapuzón. Como las excursiones suelen durar unas 3 horas, aún nos quedará tiempo para hacer algo de trekking y ver la torre de Santa María (Construida originalmente como torre de defensa).
Y si no habláis maltés no os preocupéis… el inglés es otra de las lenguas oficiales de la isla y si preguntáis a gente de avanzada edad también serán capaces de responder en italiano.
¡Buenas Vacaciones!
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