Milán y Bérgamo en un fín de semana puede ser la escapada perfecta, especialmente cuando termina el verano, se acaban también los días de sol y playa, de chiringuito o piscina, de montaña, de relax. Incluso si has aprovechado estos meses para hacer uno de los viajes, largos y felizmente agotadores, que tenías en tu lista, estamos seguras de que te has quedado con ganas de más.
Volver a la rutina del trabajo siempre es duro, lo admitimos. Así que nada mejor que una escapada para decir adiós al estrés y al síndrome postvacacional o de cualquier otro tipo. Hoy os proponemos la escapada perfecta, visitando Milán y Bérgamo en un fín de semana. ¡Os dejamos algunas claves para organizarlo!.
Milán y Bérgamo en un fín de semana: escapada low cost
Aprovecha los vuelos a Bérgamo con Ryanair (vuela a/desde nada menos que 16 ciudades españolas) o a Milán con Easyjet u otras compañías low cost, aunque preferimos la primera opción por otro de los motivos que citamos a continuación.
Alojamiento
En general, y salvo excepciones, alojarte en Bérgamo será mucho más económico que hacerlo en Milán. En agosto los hoteles en Milán suelen tener precios muy ajustados pero a partir de septiembre se duplican, incluso se triplican.
Nos hemos alojado en un par de ocasiones en el Hotel Piemontese (4*) frente a la estación de tren, donde también para el autobús del aeropuerto. Es un excelente hotel y a veces se encuentran ofertas interesantes. Además nos encanta su desayuno.
Otra muy buena opción es el Central Hostel BG (Ostello Centrale di Bergamo) por su ubicación y por sus precios muy económicos (desde 21€ por persona en habitación compartida, 36€ la individual, a los 56€ que cuesta una doble) limpísimo y con unas camas realmente cómodas. El desayuno es muy austero pero el alojamiento ofrece un montón de extras: ordenadores con conexión a internet a disposición de los huéspedes y ¡llamadas telefónicas internacionales gratuítas! parking sin cargo para quienes viajen en coche etc. Como estamos de escapada no lo necesitamos pero Bérgamo es un excelente punto de partida para visitar Lombardía, y ¡No os imagináis todo lo que hay que ver! (Si aún no lo conoces, no te pierdas el Lago di Como).
Transporte
En tan solo 15 minutos desde el aeropuerto Orio Al serio se llega a Bérgamo. Además hay billetes turísticos de 24 a 72 hrs que incluyen viajes ilimitados en la red de transporte (incluido el funicular que comunica la Città Bassa con la Città Alta)
Los trenes regionales a Milán salen cada 20/30 minutos y en 45 minutos aproximadamente se llega a la Estación Central (por cierto, uno de los edificios más impresionantes de la capital lombarda). Como ves, las conexiones son sencillísimas entre Milán y Bérgamo.
Milán y Bérgamo en un fin de semana: qué ver y hacer
Hemos visitado Bérgamo y Milán varias veces, así que podríamos recomendarte un montón de cosas para ver. Sin embargo, somos conscientes de que quieres disfrutar de tu escapada, sin estrés. Además, siempre tenemos esos vuelos low cost para repetir.
Una de nuestras visitas fue realmente de escapada, un fin de semana, con la «excusa» de celebrar el cumpleaños de una amiga. No fue premeditado pero ¿Quién puede resistirse a un vuelo de 10€ por trayecto? ¡Dicho y hecho!
Aterrizamos en el aeropuerto de Bérgamo un viernes por la noche. Nos alojamos en el Hotel Piemontese (ya que habíamos ahorrado tanto en los vuelos, decidimos obsequiarnos con un buen hotel) El sábado, sobre las nueve de la mañana, tomamos el tren a Milán.
Qué ver en Milán
Como llegaréis a la Estación Central, nuestra recomendación es que os demoréis un buen rato en visitarla. Es un edificio impresionante y además es la segunda estación italiana en cuanto a tamaño y tráfico de pasajeros. Desde allí podéis tomar el metro hasta el centro.
Nuestra primera parada: la Plaza del Duomo
La Catedral de Milán os sorprenderá apenas asoméis por la boca de metro. La hemos visitado varias veces y sigue asombrándonos. Un «imprescindible», visitar sus terrazas.
Nosotros utilizamos el ascensor ( los más valientes o aquellos que estén en muy buena forma pueden subir por las escaleras) Caminar entre ese «bosque» de los pináculos del Duomo es una sensación indescriptible.
Junto al Duomo se encuentra el Palacio Real. No lo visitamos (recordad, es una escapada lúdica y no un Rally). Dad una vuelta por las Galerías Vittorio Emanuele II: tiendas de lujo, cafés y restaurantes en los que no solo veréis turistas, los milaneses quedan a menudo en este lugar. A los primeros los distinguiréis porque seguro están dando la vuelta sobre el mosaico del toro, exactamente sobre sus testículos, justo en el centro de la Galería (por aquello de la buena suerte) Como curiosidad, en Bruselas y Nápoles podréis visitar sus «gemelas», la Galería Saint Hubert y la de Umberto I respectivamente.
La Galería comunica, además, la Piazza del Duomo con la Piazza della Scala, donde se encuentra uno de los más famosos Teatros de la Ópera del mundo. Hay visitas guiadas pero no en fin de semana.
Como hemos desayunado bien no tenemos hambre pero ¿Quién puede resistirse a los famosos panzerotti de Luini? No os sorprendáis por las larguísimas colas y porque haya personal de seguridad, de traje y corbata (¡Estamos en Milán!) para organizar el acceso al local. Nuestros amigos puglieses nos dicen que no «están mal» pero que esperemos a probarlos en su región de origen (La Puglia)
Aunque no somos unas «fashion victims», un paseo por el famoso quadrilatero d’oro (el que se forma entre Via Napoleone, Sant’Andrea, dell Spiga y Manzoni) es inevitable, aunque solo sea para calcular la cuota de lujo por metro cuadrado que tanta fama ha dado a la ciudad, o por ver lo cuidadísima que está la zona. Atentos al personal de limpieza en las calles de Milán; uniformes impolutos y cuello de la camisa subido, y el personal femenino con un maquillaje tan cuidado como si fuesen a acudir a cualquier evento.
Lo vemos de pasada, mientras nos dirigimos a uno de los barrios más interesantes de Milán, en realidad nuestro preferido, Brera. Coquetas terrazas de restaurantes y cafés, Galerías de arte y tiendas de todo tipo, a precios menos astronómicos que los del «quadrilatero», algunos Outlet. Quizá aquí podáis daros algún capricho. Nosotros lo hicimos después de una parada para comer y la visita obligada a la Pinacoteca de Brera. Nos gusta especialmente este museo porque tiene un tamaño «cómodo». El «Cristo muerto» de Mategna es su obra más conocida, algo así como la Mona Lisa en el Louvre. Allí descubrimos la obra de Francesco Hayez ya que además de «El Beso» ( que ya vimos en una escapada anterior) tuvimos la suerte de visitar una exposición temporal del mismo autor.
Aun hubo tiempo para un paseo hasta el Castello Sforzesco antes de regresar a la Estación Central. Una buena idea para ver Milán es coger el tranvía. Nosotros optamos por regresar a Bérgamo a la hora de la cena pero si decidís apurar el día podéis acercaros a los famosos Navigli, los antiguos canales de Milán diseñados por Leonardo Da Vinci, disfrutar del aperitivo que ofrecen sus bares, cafés y restaurantes, y del ambientazo en la zona.
Qué ver y hacer en Bérgamo
Si, como nosotros, decidís cenar en Bérgamo podéis hacerlo en La Bruschetta (Via Guglielmo D’Alzano, 1) en la Città Bassa. Podría recomendaros la carne, o las pizzas, o la pasta, la verdad es que todo está bueno y el personal es amabilísimo. Es bastante habitual que haya largas colas ya que es frecuentado tanto por locales como por turistas.
Por la mañana dad un paseo hasta la estación del funicular (también podéis coger el autobús nº 1) que os llevará hasta la Cittá Alta. El mismo autobús también llega hasta allí pero no os lo aconsejo si os mareáis.
La Città Alta de Bérgamo no es muy grande. Sin embargo concentra entre sus murallas un riquísimo patrimonio cultural y artístico, así que disponeos a visitar la Piazza Vecchia con su hermosa Fontana del Contarini y la Torre Civica, más conocida como el Campanone. En el hermoso Palazzo della Ragione visitamos una exposición de la Accademia Carrara (que ha permanecido cerrada para su restauración hasta abril de 2015)
La Piazza del Duomo contiene algunos de los edificios más bellos de la Ciudad: la Basílica de Santa Maria Maggiore (tuvimos la suerte de asistir a una misa cantada) la Catedral, la Capilla Colleoni y el Batipsterio. Pero el simple hecho de recorrer sus callejuelas y plazas, o contemplar el panorama desde el paseo que rodea las murallas es todo un placer.
Una vez en la Città Alta se puede subir con otro funicular hasta el Castillo de San Vigilio, si el día está despejado las vistas son increíbles.
Nosotros paramos a comer en un local modestísimo y muy popular entre los bergamascos, Il Circolino, en la Cooperativa Città Alta.
Os aconsejamos tomar un café y un pastel en el Caffè del Tasso, uno de los locales históricos de Italia (En Bérgamo el pastel más típico es la polentina ) También podéis aprovechar vuestra escapada para hacer aquí algunas compras, en los negocios de productos típicos o tiendas de moda, más asequibles que las de Milán. Justo enfrente del aeropuerto hay un centro comercial (Oriocenter) muy recomendable.
Nuestro vuelo de regreso salía sobre las 7 de la tarde (si no recuerdo mal) así que como veis es posible visitar Milán y Bérgamo en un fin de semana y disfrutar del arte, cultura, ocio y compras.
¿Aún pensando en esa escapada? Pues animaos y ¡Luego nos contáis!
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