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Qué ver y hacer en la isla de Oleron

La isla de Oleron (o Ile d’Oléron) es un destino sorprendente en la costa atlántica francesa. Muy cerca de la Isla de Ré y la de Aix, es la más grande de las tres y la segunda con mayor extensión de Francia, después de Córcega.

Aun así, no es tan extensa como para no poder visitarla en un par de días aunque, no voy a mentir, me hubiese gustado quedarme más. No es cuestión de comparar pero si la Isla de Ré  posee el encanto de sus pueblos pintados de blanco y las flores por doquier, la de Oleron es una explosión de color, la de sus cabañas de ostras, algunas reconvertidas en talleres de artesanos y otras dedicadas a la degustación de las que dicen son las mejores de Francia, o al menos del Charente Marítimo. ¿Sabíais que existe cierta rivalidad acerca de la calidad del famoso molusco con sus vecinos de Ile de Ré?.

La Isla de Oleron posee, además, una naturaleza agreste, incluso alguna playa salvaje de difícil acceso. Es un lugar ideal para la práctica de deportes acuáticos y salidas en barco pero, sobretodo, es un destino (nos pareció) para nada masificado. Prueba de ello es que en agosto no tuvimos problemas para movernos sin agobios o para encontrar aparcamiento.

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Isla de Oleron: qué ver en dos días

Un par de dáis serían suficientes para conocer la isla, aunque nos quedó pendiente visitar el extremo norte y su famoso faro de Chassiron . Teniendo en cuenta que ya conocíamos el faro de las ballenas en la Isla de Ré, y éramos conscientes de que iba a ser imposible verlo todo, decidimos recorrerla en modo «slow». Os cuento qué ver y hacer en la Isla de Oleron en un par de días, lo que más nos gustó y lo que menos.

Le Chateau d’Oléron, el lugar más bonito

Si tuviese que escoger un único lugar para visitar en la Isla de Oleron, no dudaría un segundo en elegir Le Chateau d’Oleron. La capital histórica de la isla es, además, la más cercana al puente. Mi recomendación es que os dirijáis al puerto para aparcar (también junto a la Ciudadela hay muchas plazas de aparcamiento). En pocos minutos a pie podéis acercaros hasta la oficina de turismo, en la animada Plaza de la República, la antigua plaza de armas de la ciudad medieval, para haceros con un mapa de la isla.

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La cabañas de colores

Cuando os desviéis de la D734, la carretera que recorre toda la isla de Oleron, para seguir las indicaciones al puerto, una explosión de colores os dará la bienvenida. Decenas de cabañas, antes dedicadas a la ostricultura, se han reconvertido en ateliers de creadores: pintores, escultores, artesanos del cuero, ceramistas… y también en bares o cafés.

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Perdeos entre ellas y curiosead cuanto queráis. Si estáis buscando algún detalle original para decorar vuestra casa o para hacer un regalo, estoy segura de que lo encontraréis aquí.

La Ciudadela

Si hay algo imprescindible para conocer la historia de esta localidad, y de la isla, es visitar la Ciudadela. Construida en el siglo XVII por orden de Richelieu, su emplazamiento lo ocupó anteriormente el Castillo de los Duques de Aquitania. En este mismo castillo, Leonor de Aquitania promulgó el primer código marítimo del mundo, los Roles de Oleron.

El castillo se demolió en 1630 para construir la ciudadela. Más tarde, a finales del S. XVII, fue rediseñada y ampliada por Vauban. Si leistéis nuestro post sobre la Isla de Ré, ya sabréis que podéis visitar allí otra de sus fortalezas y que se consideraban prácticamente inexpugnables.

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La Ciudadela fue utilizada como prisión durante la Revolución francesa, ocupada por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial, y por tanto bombardeada. En 1980 se reconstruyó y hoy está declarada Monumento histórico. Se ha convertido, además, en un enorme espacio expositivo al aire libre y en escenario de conciertos y otras manifestaciones culturales. Merece la pena recorrerla y disfrutar de las vistas sobre el mar, o conocer más de su diseño en el antiguo polvorín.

Los ostricultores

Si miras en Google Maps, no podrás creer la enorme superficie de Marennes-Oleron dedicada a la ostricultura; son cientos, o miles, de hectáreas dedicadas a esta actividad. Puedes visitar algunos de los ostricultores y por supuesto degustarlas. Nuestra recomendación en Le Chateau d’Oleron es  La Cabane du sans souci , aunque por toda la isla encontrarás las famosas cabañas, junto a la carretera y a los canales.

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Si eres más fan de los mejillones (los moules) que de las ostras, también encontrarás alguna cabaña con esta especialidad. Además, el día que llegamos, pudimos conocer una curiosa costumbre de la zona : la èclade de moules. En una explanada junto al puerto tuvimos ocasión de  comprobar cómo se cocinaban estos moluscos, colocados sobre una tabla en posición vertical, formando un círculo, y cubiertos de agujas de pino. Con un cartón se prende fuego a las hojas del pino y se dejan quemar para finalmente extraer la tabla con los mejillones. Esta costumbre está muy arraigada en las fiestas populares y en las noches de verano.

Pont des reves (el puente de los sueños)

Precisamente frente a las cabañas de ostras, un pequeño puente de madera se ha convertido en uno de los atractivos de la isla. De su baranda de madera cuelgan cientos de conchas de ostra con mensajes y deseos escritos. Están atadas con un fino cordel y se dice que, cuando la cuerda se rompe y la concha cae, el sueño o deseo se cumplirá.

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Esta costumbre, mucho más bonita, en mi opinión, que la de atar candados y demás, fue una idea de los artesanos de la zona. El colectivo, llamado  FOHF (Fournisseur Officiel d’Huîtres à Ficelle) proporcionó a los visitantes las conchas lavadas y listas para colgar.

Pregunté, en mi cuenta de Instagram, qué os parecía esta costumbre y fueron más las opiniones contrarias que a favor. Yo, que no soy nada supersticiosa, no escribí ningún deseo ¿escéptica quizás?.

Dolus d’Oléron

«Compitiendo» con las cabañas de colores de Le Chateau, aunque mucho más alternativas y bohemias, las cabañas de artesanos de Dolus d’Oleron son otro de los reclamos turísticos de la isla.

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Situadas junto al canal de La Baudissiere, 13 viejas cabañas de ostras se han reconvertido en ateliers y estudios de artistas, mientras otras continúan con la actividad ostricultora. Si os gustan los jabones naturales os recomiendo » La Savonnière d’Oleron».

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Saint Pierre d’Oléron, la «capital» de la Isla

Considerada la capital de la isla, es la localidad mas poblada. Sus calles peatonales, bulliciosas y llenas de comercios no me terminaron de convencer, aunque hay algunos rincones dignos de visitar.

La Iglesia de Saint Pierre

Su campanario, de 32 metros de altura, es visible desde casi cualquier punto y sirvió como faro para los navegantes. Originalmente de estilo románico, fue reconstruida en el siglo XVII.

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Al fondo, el Campanario de la Iglesia de Saint Pierre

La linterna de los muertos

Esta columna de estilo gótico, del S. XII, y de forma octogonal, es la más alta de Francia, con sus 23,5 metros. Se trata de un monumento funerario que ocupaba el centro del Cementerio Parroquial, actualmente la Plaza Camille Mémain.

En el centro y oeste de Francia son frecuentes estos monumentos dedicados al culto a los difuntos, pero ninguno posee la altura de este en Saint Pierre. Es por ello que se ha convertido en una atracción turística.

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Lanterne des morts

Pierre Loti en Saint Pierre d’Oleron

Si hay un personaje célebre en Saint Pierre, es el escritor y marino Pierre Loti. Nacido en Rochefort, falleció en Hendaya pero sus restos reposan en el jardín de la que fue la casa familiar, la Maison des Aïeules, tal y como él mismo dispuso, para lo que obtuvo un permiso especial del entonces alcalde de la localidad.

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La Place Aziyadé  lleva el nombre de su primera novela y del personaje que fue el gran amor de Loti en Estambul. Un busto en su memoria, y una escultura en forma de tulipán, donada precisamente por la ciudad de Estambul, presiden esta pequeña plaza. El tulipán, por si no lo sabéis, es el símbolo de Turquía y fueron los turcos desde Anatolia quienes llevaron las semillas a Europa, primero a Austria y de allí a Holanda.

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Escultura donada por la ciudad de Estambul

Boyardville y Fort Boyard

Boyardville no tendría mayor interés, aparte de sus restaurantes como en cualquier ciudad costera, si no fuera por sus salidas en barco para visitar Fort Boyard, la famosa fortaleza en medio del mar. La verdad es que nosotros estuvimos solo de paso, para encontrar algún sitio dónde comer. Mi recomendación es que si está el mercado abierto lo hagas en alguno de sus puestos o, como en nuestro caso, te alejes de los de primera línea (nosotros comimos en  «Les Delices d’Alice»).

Si tienes tiempo, haz una salida en barco o visita el «Forêt des Saumonards», un auténtico paraiso para los senderistas.

La Cotinière

El puerto pesquero más importante de Charente Marítimo también se encuentra entre los mejores de toda Francia por la calidad de sus capturas. Vale la pena darse una vuelta por su mercado frente al puerto y ver el trasiego de los barcos, con su pequeño faro de color rojo o la playa.

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Puerto de La Cotiniere

Otros lugares de interés en la Isla de Oleron

Me hubiese gustado visitar Saint George d’Oléron ya que, de los 8 pueblos de la isla, es el que parece tener un mayor patrimonio, con su Iglesia de los siglos XI y XII. También por sus numerosos pueblecitos adscritos al municipio y llenos de encanto, como Chaucre, Domino y Sauzelle.

En el extremo norte de la isla, en Saint Denis d’Oléron se encuentra el faro de Chassiron, el más antiguo de la región (inaugurado en 1836). Sube sus 224 escaleras y disfruta de las vistas sobre La Rochelle o las Islas de Ré y Aix.

Saint Trojan des Bains forma parte de los 14 municipios «de Pierre et d’Eau» (de piedra y agua). El pequeño tren, le Petit Train de Saint Troyan, es una atracción turística que, desde Pascua y hasta finales de septiembre, recorre 12 km a través de bosques para llegar a las playas más salvajes de la isla.

Visitar la Isla de Oleron: datos prácticos

No encontramos demasiada información antes de viajar a este destino, así que espero que este post os anime a conocer este lugar, poco frecuentado y lleno de encanto, y además os ayude a organizar vuestra escapada. ¡Vamos allá con unos datos prácticos!

Llegar y moverse por la Isla de Oléron

  • En coche, que fue nuestro caso. Cruzar su puente, inaugurado en 1966, es gratis.
  • Autobús público; para ir desde Marennes pero también para moverte por la isla (líneas 6, 6E y 7. En verano también la línea 8)
  • En bicicleta, al igual que en la vecina Isla de Ré ¡hay 160 km de carril bici!.

Dónde alojarse

Si visitas la Isla de Oleron en temporada alta es probable que los precios de los hoteles estén por las nubes. Como nosotros organizamos este viaje a última hora, además de caros, apenas había plazas disponibles. Una buena alternativa, si solo vas a estar un par de días, es alojarte en Marennes. Nosotros escogimos un hotel de la cadena Ibis que estaba francamente bien (Ibis Styles) y con un precio aceptable para ser agosto (alrededor de 100€ la noche, con desayuno).

Nuestro hotel en Marennes

Conocer Bassins de Marennes (la Cuenca de Marennes)

Si dispones de tiempo, la Cuenca de Marennes ofrece un montón de atractivos y localidades que visitar. Por supuesto Marennes, y su «ciudad de las ostras» o  Fort Louvois. Forma parte de Marennes-Hiers-Brouage donde puedes visitar la ciudadela, una auténtica ciudad fortificada para defenderse de los ataques durante las Guerras de religión. En el siglo  XVI, el señor de la Châtellenie de Hiers construyó un puerto para el comercio de sal, al que dio el nombre de Brouage. Es, además uno de los pueblos «de Pierres et d’Eau» (de piedra y agua) al igual que Saint Trojan des Bains, en la Isla de Oleron.

Como verás, no faltan atractivos en la zona. Si buscas un destino sin aglomeraciones en el que relajarte, disfrutar de ostras y pescado fresco y de los deportes acuáticos creo que ¡lo hemos encontrado!.

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