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Los mejores destinos de viaje: resumen viajero del 2018

Probablemente, a estas alturas del año, ya estás buscando y/o leyendo un montón de artículos sobre los mejores destinos de viaje para el 2019. Así que, para servirte de inspiración, te ofrecemos nuestro resumen viajero del 2018 ¡Seguro que entre todos nuestros viajes y escapadas todavía te queda alguno de los mejores destinos (para nosotras todos lo son) por conocer!

Este 2018 ha sido bastante positivo en cuanto a viajes se refiere. Después de un 2017 de sequía viajera, por causas personales, laborales etc (incluyendo un par de mudanzas) tocaba desquitarse. Hemos viajado juntas, por separado, con nuestras parejas, en familia y también con nuestro, casi siempre, inseparable perribloguero Toby.

Así que os enumeramos todos esos lugares que hemos visitado este año que termina. Cualquiera de ellos puede ser  uno de los mejores destinos de viaje en 2019.

Los mejores destinos de viaje de Eva

Bretaña y Normandía

Era un destino que teníamos pendiente hacía demasiado tiempo. Nuestra ruta por estas dos regiones de Francia no nos defraudó. La primera parte del viaje la compartimos en familia ¡Y con Toby! La segunda parte, que incluyó parte de Normandía , nos dejó con ganas de más pero visitar Le Mont Saint Michel fue un sueño viajero cumplido ¿Alguien duda de que este es uno de los mejores destinos de viaje en cualquier año?

Bulgaria

Fue un viaje inesperado y nada planificado. Marina y yo pudimos coincidir unos días libres de trabajo y buscamos rápidamente un destino económico y, todavía, poco masificado. Fueron 5 días llenos de anécdotas (os debemos algún que otro post) que nos llevaron a uno de los países que se convertirá sin duda en uno de los mejores destinos de viaje en 2019 ¡Recordad que  Plovdiv será Capital Europea de la Cultura este año!

Berlín

Si aún no conoces la capital alemana ¡¿A qué esperas?! Berlín me fascinó. Y si, es cierto, todavía no he escrito nada de esta estupendísima escapada de 4 días a finales de septiembre. Una ciudad llena de historia, pero sobre todo llena de vida. La he añadido a mi lista de «Ciudades a las que regresar» y tú deberías añadirla a la la lista de los mejores destinos para escaparte el próximo año.

Los mejores destinos de viaje de Marina

 

Marrakech

Nuestra primera escapada del año fue a la ciudad de Marrakech, lugar al que sin duda nos gustaría volver ya que tan solo dispusimos de un par de días completos para conocer este exótico pero a la vez cercano destino. Además tuvimos la mala suerte de que la Madrassa de Ben Yousef, uno de los principales atractivos de la ciudad, estaba cerrada. Esta ciudad es una mina de oro para los amantes de los zocos, mercadillos y compras en general, además de poder presumir de tener una deliciosa gastronomía. ¿Algo que no me convenció de este destino? Quizá excesivamente turístico. Nos gustaría volver sobre todo para conocer otros lugares de Marruecos.

 

Toulouse y Carcassonne

garona rio le garonne

Nuestra escapada por tierras francesas fue totalmente aleatoria e inesperada, tanto que pensé “Voy entrar en Skyscanner a ver qué destinos baratos me saca”, y tras ir pasando lista y decir “este ya lo tengo” como de si cromos se trataran, ahí estaba Toulouse. Si os soy sincera nunca se me habría ocurrido ir allí por iniciativa propia, sin embargo descubrí que hay muchísimo que ver en esta ciudad del sur de Francia. Un destino cercano a España y bastante económico para tratarse de Francia. Decidimos incluir una excursión de un día a la ciudad medieval de Carcassonne y fue una de las mejores decisiones que pudimos tomar. SI además contáis con coche, en los alrededores hay sitios, pueblitos y castillos increíbles que podéis visitar.

 

Jordania

Nuestro plato fuerte de este año fue el combinado Jordania-Israel que nos marcamos en agosto (algunos pensarán que estoy loca por ir en aquellas fechas, pero esos seguro que no viven en Madrid…). 11 días recorriendo tierras lejanas, ciudades llenas de historia, ruinas, sitios arqueológicos, desiertos y playas. Jordania es un país que lo tiene todo, fácil de recorrer por tu cuenta, con una gastronomía espectacular y la amabilidad de sus gentes que parece de otro planeta. Si tenéis oportunidad de alquilar coche podréis llegar a cualquier rincón. Petra, Jerash, Wadi Rum o el Mar muerto son algunas de las paradas que no podéis saltaros. Jordania es sin duda alguno uno de los mejores destino de viaje que considerar en 2019.

 

Jerusalen

Durante nuestro viaje a Jordania y aprovechando que volábamos a y desde Tel Aviv, no pudimos resistirnos a quedarnos un par de días en tierra santa y acercarnos a conocer la controvertida ciudad de Jerusalén. He de decir que esta vez… no hicimos una buena elección. Este fue el punto amargo del viaje: el excesivo fanatismo, las hordas de turistas y el ambiente de “parque temático” que se respira en Jerusalén nos hicieron volver a casa diciendo “ojalá haber dedicado un par de días más a Jordania”. Quizá teníamos las expectativas demasiado altas, pero creedme que nos trataron tan bien en Jordania que… Pero bueno, para gustos los colores y ahora habiendo estado podemos afirmar que ¡No creo que vuelvan a vernos por allí!

 

 

Los mejores destinos de viaje de Toby

Ya os han contado mis compis blogueras que este año hemos viajado juntos a Bretaña y Normandía. ¿Que si es un buen destino? Uno de los mejores, sin duda, sobre todo si viajáis con vuestras mascotas ¡Francia es taaan dogfriendly! Si no estáis convencidos, leed mi post con todos los planazos que compartimos ¡Uno de los mejores destinos para los viajeros de 4 patas!

Ah! y hace unos días visité Madrid, aunque fue un viaje relámpago. Me encantó un parque enoooorme y lleno de pájaros (se llama el Retiro) y aunque finalmente no fuimos en el metro me han contado de puedo subir ¡Reguau!

Espero que en el 2019 cuenten conmigo para alguno de los mejores destinos de viaje, que yo se que están tramando algo…

Roadtrip por Bretaña y Normandía (2ª parte)

Esta ruta por la Bretaña y Normandía es la segunda parte de nuestro roadtrip . Dejamos nuestra casa en la Bretaña, en la localidad de Ploërmel, para dirigirnos al Norte, a Dol de Bretagne que, además de ser un pueblo precioso, está estratégicamente situado para visitar la Bahía de Mont Saint Michel, Saint Malo, Dinan y muchos otros lugares imprescindibles en este viaje.

Segunda etapa de la ruta: Bretaña y Normandía

Tenemos que decir que nuestra primera intención fue la de organizar un viaje a Normandía pero, después de ver y leer tantísimos artículos y blogs, no pudimos resistirnos a conocer la Bretaña. Estamos seguros de que regresaremos para conocer más a fondo la región normanda, ya que se merece muchos más días de los que pudimos dedicarle.

Día 5: Dol de Bretagne- Le Vivien Sur Mer- Cancale- Saint Malo- Saint Suliac

Escogimos Dol de Bretagne por su cercanía a tantos lugares imprescindibles, y fue toda una sorpresa descubrir que es un pueblo lleno de encanto, con una Catedral impresionante, la de Saint Samson, que fue uno de los siete santos fundadores de la Iglesia de Bretaña. Con una mezcla de estilos, ya que comenzó a construirse en los siglos XII y XIII pero se fueron añadiendo elementos hasta el siglo XVI, es una visita obligada en esta localidad.

Catedral Saint Samson Dol de Bretagne

A pesar de que nuestro apartamento era mucho más pequeño que la casa de Ploërmel, tenía la ventaja de tener todo a mano: tiendas, restaurantes y sobre todo las panaderías-pastelerías que tanto nos gustan en Francia.

En la Grande Rue Le Stuart, los pub y cafés ocupan los bajos de las casas de entramado de madera, de entre las más antiguas de Dol la des Petits Palets, del siglo XII.

Siguiendo las recomendaciones de nuestras anfitrionas, y también a causa de las obras, nos dirigimos a la carretera que llega hasta Saint Malo por la costa. Cancale no figuraba entre mis prioridades en la zona, pero ya que nos lo recomendaron nos encaminamos hacia allí. Por el camino descubrimos la encantadora Le Vivien Sur Mer, con una playa espectacular, los molinos de viento reconvertidos en bonitas viviendas, y muchos pequeños restaurantes que servían marisco. Si tuviese que elegir un lugar para unas vacaciones de verano junto al mar, escogería esta localidad sin dudar un segundo.

Cancale resultó tal y como me lo imaginaba e incluso me recordó por momentos, aunque con el añadido del glamour que otorgan los nombres en francés, a algunas poblaciones costeras del norte de España. Famosa por sus ostras, que se pueden degustar en los numerosos restaurantes frente al mar o en los puestos al final del puerto, es una parada obligatoria para los amantes de este apreciadísimo molusco, aunque en realidad podréis tomar ostras en cualquier lugar de la costa bretona e incluso en el interior (en el mercado de Fougères, por ejemplo)

Cancale Bretaña

Restaurantes frente al mar en Cancale

Tras un breve paseo por Cancale (por cierto, las mejores vistas se obtienen antes de llegar, desde lo alto, en la carretera de la costa) nos dirigimos a Saint Malo, ciudad corsaria por excelencia. A sabiendas de que era imposible ver toda la ciudad (aunque sus playas y paseos merezcan mucho la pena) nos dirigimos a intramuros para visitar la Catedral y recorrer la muralla que ofrece unas increíbles vistas por los cuatro costados. Sin restar méritos ni interés, la ciudad me pareció excesivamente turística de modo que, a riesgo de que me lluevan las críticas, si alguien me pregunta si la visita a Saint Malo es imprescindible diré claramente que no.

Saint Malo ruta por Bretaña y Normandía

Vistas desde la muralla de Saint Malo

Desde Saint Malo teníamos dos opciones: visitar Dinard, cruzando por el impresionante «Barrage de la Rance» o dirigirnos, de camino a casa, a la pequeñísima pero encantadora localidad de Saint Suliac. No quise perderme esta última, considerada uno de los pueblos más bonitos de la Bretaña. Llegamos a última hora de la tarde y lo encontramos absolutamente desierto. Paseando por el puerto solo se escuchaba la música de una banda de música, que ensayaba a esas horas. La iglesia, una de las más antiguas de Bretaña, no deja de recordarme a tantas otras que hemos visitado en algún viaje a Inglaterra, con las lápidas de piedra en el exterior y unas vistas impresionantes sobre el estuario del rio Rance, un lugar excelente para el reposo eterno- pienso-.

Saint Suliac ruta por Bretaña y Normandía

Día 6: Normandía, las playas del Desembarco

Descartada una ruta completa por la región de Normandía (hubiésemos necesitado más días) decidimos que al menos, junto con  Mont Saint Michel, teníamos que hacer esta visita.

Confieso que era un tanto escéptica o quizá no sabía muy bien qué esperar de un lugar como este, antes de conocerlo. Había visto los lugares del desembarco en cientos de blogs y webs y Omaha Beach me parecía una «simple playa». Nada más lejos de la realidad.

Nuestra visita coincidió, además, con los actos de conmemoración del desembarco (6 de junio) así que imagino que por ello encontramos tantas recreaciones, vehículos de la época y gentes de todo el mundo con uniformes militares.

No voy a hacer un copia-pega de los cientos de blogs de viajes relatando la Batalla, para ello hay fuentes más fidedignas y especializadas. Si os recomiendo que visitéis el link que he dejado unas líneas antes, o que acudáis a «san google» para conocer los blogs especializados en historia, que los hay y muy buenos.

De camino a Colleville -sur -Mer encontramos, de casualidad, el cementerio alemán (en la localidad de La Cambe). Nos detuvimos a visitarlo, así como el centro de información en el que se pueden ver cantidad de fotografías e imágenes de prensa de la época. El cementerio, siguiendo la tradición alemana, es un enorme jardín rodeado de árboles sobre cuya hierba sobresalen algunas cruces oscuras y pequeñas placas a modo de lápidas. Una asociación se encarga de su mantenimiento y de hecho, durante nuestra visita, vimos como lo hacían.

cementerio alemán ruta por Bretaña y Normandía

Cementerio alemán (Le Cambe)

El cementerio alemán de Le Cambe es un cementerio de guerra, y hasta 1947 reposaron en él tanto soldados norteamericanos como alemanes. Desde ese año, alberga las tumbas de más de 21.000 soldados alemanes, ya que los soldados norteamericanos fueron exhumados y repatriados o trasladados al cementerio americano, según los deseos de sus familiares.

Proseguimos hasta Omaha Beach para visitar el Museo del Memorial. Son numerosísimos los museos dedicados a la batalla de Normandía, tanto en los alrededores de Omaha Beach como en otras ciudades (Bayeux, Caen…) pero, salvo que dedicásemos un viaje única y exclusivamente a los lugares del desembarco, sería casi imposible conocerlos todos.

Batalla de Normandía ruta por Bretaña y Normandía

Omaha Beach es una larguísima y hermosa playa pero, recorrerla imaginando los sangrientos acontecimientos que tuvieron lugar allí, impresiona. El memorial de Les Braves, una enorme escultura en el centro de la playa, representa la esperanza, la libertad y la fraternidad.

Desde Omaha Beach al cementerio americano de Colleville- sur-Mer encontramos otro de los museos, el Overlord (nombre en clave de la batalla de Normandía) Museum. Aunque no entramos, si que nos detuvimos para ver los alrededores, adquirir algún souvenir (vale, este es nuestro punto friki, comprar camisetas) y admirar la música de una grupo de gaiteros escoceses, que se unieron a los actos conmemorativos y recreaciones de la época.

Museo Overlord ruta por Bretaña y Normandía

Ya he dicho anteriormente que no sabía muy bien qué esperar, o lo que iba a suponer para mí visitar los lugares de la batalla de Normandía. Debo admitir que me gustó muchísimo más de lo que esperaba, que me pareció una forma excelente de «leer» la historia, que percibí un enorme respeto hacia todos los bandos, y la clara enseñanza de lo que no puede o debe repetirse. Pero si hubo un lugar que me impresionó, más que ninguno, fue el cementerio americano de Colleville-sur-Mer.

Las miles de cruces blancas (también hay estrellas de David en las tumbas de los soldados judíos) se alinean perfectamente, sin desviarse un milímetro, y los ojos no alcanzan a vislumbrar el final del Camposanto. Recorrerlo, dividido en sectores organizados alfabéticamente, es recorrer los 50 estados norteamericanos, es poner nombre y apellidos a tantos jóvenes, demasiado jóvenes, que perdieron la vida.

En estos días hay flores en muchas de ellas y encontramos  ciudadanos de Estados Unidos que visitan muy probablemente a sus familiares ; padres, abuelos, hermanos quizá… hago cálculos ¡Hace realmente tan poco tiempo!

La niebla que ese día entra desde el mar, tan cercano, hace que el lugar resulte más triste.

cementerio americano Colleville-sur-Mer ruta por Bretaña y Normandía

Si hay un imprescindible en una ruta por Bretaña y Normandía es visitar alguno de estos lugares. Aquellos que seáis apasionados de la historia encontraréis en la costa normanda suficientes lugares para hacer un viaje monotemático. Nosotros tenemos claro que regresaremos para conocer a fondo la región y ver algunos más.

Día 7: Le Mont saint Michel y Dinan

Madrugar para ir a Le Mont Saint Michel fue una buena idea. Es lo que recomiendo a todo el mundo, ya que en cuestión de minutos el parking comenzó a llenarse y la afluencia de gente era más que considerable.

Perdimos algo de tiempo en nuestra intentona de dejar a Toby en el centro de visitantes pero, tal y como resultó (podéis leerlo en nuestro post), no pudimos coger los autobuses gratuitos y tuvimos que hacer el recorrido a pie por la pasarela. Como veis en la foto, el día estaba nubladillo.

Le Mont Saint Michel Normandía

La víspera habíamos comprado las entradas a la Abadía por internet. Tienen un año de validez desde la compra, así que no os preocupéis porque no tienen fecha ni hora para utilizarlas. La visita la hicimos por turnos, y Toby pudo recorrer las murallas mientras tanto, desde donde además se pueden hacer unas fotos espectaculares de la Bahía, sobre todo si hay bajamar. La audioguía está genial para hacer la visita, y eso que no escuché todas las explicaciones adicionales por no alargarla en exceso. Compré una pequeña guía en papel, segura de que las explicaciones se me olvidarían pasado un tiempo,  y un par de marcapáginas para mi colección.

El pueblo es encantador si no fuera por la aglomeración de gente en las calles estrechísimas, llenas de tiendas de souvenirs y restaurantes. A pesar de todo ello esta es la Visita, así con mayúscula, imprescindible en un viaje a Bretaña y Normandía. Le Mont Saint Michel y su bahía son Patrimonio de la Humanidad UNESCO desde 1979.

Seguro que muchos habréis oído hablar de La Mere Poulard, conocido restaurante en Le Mont Saint Michel, que comenzó en  1888 como pensión o fonda para los peregrinos que iban a visitar la Abadía. Hoy en día es un hotel-restaurante mucho más lujoso aunque aseguran que sigue preparando la famosa tortilla hecha sobre la lumbre, con la misma receta de entonces. Compramos unas latas de pastas en la tienda de la Mere Poulard. Estaban buenas pero sobre todo las latas eran preciosas, así que es un buen detalle para regalar a vuestros familiares y amigos.

Otra vez una lluvia fina nos hizo recorrer a buen paso la pasarela en dirección al parking. Como nuestra casa estaba a menos de media hora decidimos pasar por allí, comer algo,  y decidir qué hacer el resto del día. Dinan también está a 25 minutos de Dol de B. y era un buen plan para pasar la tarde. Además, otra vez lucía el sol ¡Cosas del clima en Bretaña y Normandía!

Dinan es una de las ciudades bretonas que más nos gustaron. Pudimos aparcar en el centro y además, al ser festivo, gratis.

Posee un gran número de casas de entramado de madera (115, según parece) y un bello recorrido por la ciudad medieval, con las calles dedicadas a los gremios artesanos (curtidores y tejedores, sobre todo)  donde perdura la actividad artesanal y los pequeños talleres de soplado de vidrio. La Iglesia de San Salvador, con su mezcla de estilos bizantino y románico, la Torre del reloj, el Castillo, el jardín inglés y las espectaculares vistas que ofrece, la calle más famosa y empinada de Dinan (Rue Jerzual) que conecta la ciudadela medieval con el puerto, en el rio Rance… seguro que me olvido de algo.

Dinan Rio Rance Jardin Inglés

Vistas de Dinan desde el Jardín Inglés

En el mapa turístico de Dinan hay marcados dos recorridos: uno atravesando la ciudad medieval y bajando hasta el puerto; el otro por encima de sus murallas, un recorrido panorámico único. Nosotros hicimos tan solo el primero. Si me preguntáis si volveré a Dinan algún día ¡Estoy segura de que lo haré!

Dinan Rue Jerzual

Casas medievales en la Rue Jerzual

Día 8: Fougères y Dol de Bretagne

El día amaneció lluvioso, pero es frecuente en Bretaña que llueva durante una parte del día y, además, no habíamos llegado hasta allí para quedarnos encerrados. Bretaña y Normandía no  están al lado de casa de modo que, pertrechados con chubasqueros y paraguas, nos dirigimos a Fougères, con la intención de visitar también Vitré. He dicho con la intención, pero no voy a adelantar acontecimientos.

El sonido y la fuerza del agua, que mueven los molinos alrededor de la fortaleza, nos reciben nada más llegar. El Castillo de Fougères, considerado uno de los más grandes y mejor conservados de Europa, tuvo un enorme papel defensivo durante la Guerra de los Cien Años. Merece la pena visitarlo con ayuda de la audioguía (incluída en la entrada, 8,50€) para comprender la importancia de esta edificación. Mientras lo visito, Toby tiene que esperar acompañado en uno de los cafés próximos.

Paseamos por el barrio medieval, junto a la fortaleza, descubriendo las casas de los siglos XVI y XVII en las que habitaban los comerciantes, curtidores y molineros. Entro, de nuevo sola, a la Iglesia de San Sulpicio.

Fougères Bretaña

Recorrido a pie por Fougères

Para llegar a la Ciudad Alta hay un recorrido a pie recomendado en los mapas turísticos. Pasa por los jardines públicos, un entorno precioso desde el disfrutar de unas vistas espectaculares de la Ciudad Baja, pero un cartel de «prohibido perros, incluso atados» nos disuade. La verdad es que Fougères no resultó una ciudad demasiado dogfriendly. Eso y la lluvia, fina pero incesante, hizo que no nos quedase un buen recuerdo de la visita. Probablemente nuestras expectativas fuesen demasiado elevadas, ya que todo aquel que viaja a Bretaña considera que es un lugar imprescindible.

En la Ciudad Alta los puestos del mercado ofrecían frutas y verduras colocadas con esmero,  pero también espectaculares ejemplares de crustáceos y mariscos, y ostras. Las fachadas neo-renacentistas de los edificios, el Teatro Victor Hugo, el Ayuntamiento o la Iglesia de San Leornardo son parte del atractivo de esta parte de la ciudad. Aprovechamos para comprar pasta fresca en «Abruzzo», en la Rue National, un establecimiento especializado en productos italianos y decidimos que lo mejor es ir a casa a comer, ya que la lluvia parece arreciar de nuevo. Vitré, que era parte del plan del día, quedará pendiente para otra ocasión porque, como ya he dicho, si de algo estamos seguros es de que volveremos a Bretaña y Normandía.

Como ya habíamos comprobado anteriormente, la niebla o la lluvia en Bretaña pueden aparecer y desaparecer como por arte de magia. Disfrutamos la pasta recién hecha, descansamos, y la tarde decidió regalarnos un sol maravilloso. Pudimos recorrer el paseo alrededor de  las murallas de Dol de Bretagne y descubrir el resto de  la magnífica exposición de fotografía al aire libre (solo habíamos visto las obras en la Rue des Stuarts y delante de la Catedral) que se celebraba en esas fechas y que, una vez más, nos convenció de la gran importancia que se le da al arte y la cultura en el país vecino. También pudimos relajarnos en la terraza de un pub y dedicarnos a no hacer nada ¡Al fin y al cabo estábamos de vacaciones! y parece que a menudo, cuando viajamos, se nos olvida.

Dol de bretagne

Exposición fotográfica Dol de Bretagne

Día 9: Locronan-Pointe du Raz- Concarneau

Dejamos definitivamente Dol de B. En lugar de regresar a casa por la misma ruta que hicimos a la ida, decidimos prolongar el viaje un par de días recorriendo la costa para conocer, aunque someramente, el finisterre bretón.

Llevábamos anotados algunos lugares más pero la intensa niebla nos disuadió de parar en la costa y emprendimos el camino hasta Locronan. Este pueblecito de cuento está considerado, y con razón, uno de los más bonitos no solo de Bretaña sino de Francia. Todo parece estar en su sitio, hasta la última flor o planta, y las tiendas de souvenirs se alternan con los talleres o galerías de pintores y otros artistas. La Iglesia de Saint Ronan (San Román) con unas coloridas vidrieras y la losa funeraria del santo en la Capilla de Pénity, adosada al templo, merecen una visita. Locronan es de esos lugares en los que tan solo pasear por sus calles,  sentarse a tomar un café o curiosear entre las tiendas, son suficientes atractivos.

Por ponerle un pero… ¿Quizá demasiado turístico y con cierta sensación de atrezzo? Es probable pero, personalmente, me encantó.

Locronan Bretaña

Desviarnos hasta Pointe du Raz para llegar hasta Concarneau, supuso al menos añadir dos horas a nuestro itinerario ¿Queréis saber si realmente valió la pena? Os lo explico a continuación.

Habíamos leído maravillas sobre este lugar y, ya que la niebla matutina nos disuadió de acercarnos hasta la costa de granito rosa, decidimos que el atardecer era un buen momento para llegar hasta este punto del Finisterre bretón, pasear con Toby y disfrutar de la brisa marina.

Entiendo que, para quienes viven tierra adentro, caminar junto a acantilados pueda resultar sorprendente. Pero si tengo que ser sincera, la costa gallega, en España, no tiene nada que envidiar a la Pointe du Raz. Me estaba acordando del maravilloso recorrido en Cabo Home (Rias Baixas) o de A Costa da Morte, incluso de lugares que quedan cerca de casa, en Guipuzcoa, o en Cantabria. Personalmente, me hubiese ahorrado las dos horas de más.

Este espacio natural protegido ofrece dos recorridos (uno de media hora y otro de dos horas) Evidentemente hicimos el corto, hasta la Virgen de los Ahogados y la punta. Lo mejor, el aroma de la retama o los brezos mientras caminábamos.

Pointe du Raz Bretaña

Me quedé con ganas, sin embargo, de visitar poblaciones cercanas como Le Petit Croix, y de ver cuanta iglesia de piedra encontramos de paso. Me impresionó especialmente la de Confort Meilars, con su imponente Calvario. Como las imágenes están sujetas a derechos, no voy a descargarlas, pero os dejo un enlace. 

Recorrer la costa bretona y sus famosos faros (¡82 nada menos!) es un buen plan y mucho mejor en invierno, con el mar agitado. Pero este sería otro viaje.

Llegamos a Concarneau cansados y con tiempo para un paseo y una cena. La famosa creperie «Le petit chaperon rouge» estaba cerrada por descanso, así que buscamos un restaurante frente al puerto para reponer fuerzas.

En la Ville Close, la fortificación medieval junto al puerto, de tan solo 380 metros de largo por 100 de ancho, los comercios y restaurantes están cerrando y todo está en paz. Nada que ver con el bullicio que encontraremos por la mañana. A pesar del exceso de comercios turísticos, pasear por las murallas, visitar la antigua la Iglesia de Saint Guénolé o la Plaza del mismo nombre, son muy recomendables y, si disponéis de tiempo, el museo de la pesca.

Ville Close Concarneau Bretaña

 

Día 10: Concarneau- Pont Aven-Les sables d’Olonne

Después de pasar parte de la mañana visitando la Ville Close dejamos Concarneau. A tan solo a 16 kilómetros llegamos a Pont-Aven. Considerado uno de los pueblos más bonitos y famoso, sobre todo, por aparecer en gran número de obras pintadas por Paul Gauguin quien decidió trasladarse a esta encantadora población durante el verano de 1886. No fue el único artista que pasó  por Pont-Aven (literalmente el puente sobre el río Aven) y aun hoy son muchas las galerías y los pintores que residen allí. Se puede visitar el museo de Bellas Artes o simplemente dejarse llevar y mecer con el sonido del río a su paso, o pasear por el bosque del amor, auténtica inspiración para Gauguin.

Pont Aven Bretaña

Nos regalamos una buena comida en el restaurante italiano Ca’Lidovine, prácticamente sobre el río, para endulzar la vuelta a casa y casi el final del viaje. Nuestra próxima parada ya está fuera de Bretaña y Normandía.

Les Sables d’Olonne (en el Departamento de la Vendèe, Paises del Loira) es una típica población de turismo estival pero es, sobre todo, conocida por ser la sede de la que parte una de las regatas más famosas del mundo. Para los apasionados de la vela, la Vendèe Globe (vuelta al mundo en solitario, sin escalas ni asistencia) es más que un referente.

El larguísimo paseo marítimo se ha convertido en una especie de paseo de la fama, con placas en el suelo y las huellas de los regatistas vencedores. Por lo demás, podría ser cualquier localidad turística del litoral, víctima de los desmanes urbanísticos de los años 60 y 70, aunque me alegra descubrir algún vestigio de edificaciones modernistas realmente bellas. También el pequeño barrio de pescadores (Penotte Island) y sus casas decoradas con conchas marinas y el museo del mar (que no visitamos)

paseo de la fama Les Sables d'Olonne Vendèe Globe

Apenas ha comenzado la temporada (es primeros de junio y todavía no hace demasiado calor) y la playa se ve tranquila.

Un largo paseo y una cena en la terraza de un café junto al mar no es una mala forma de despedir las vacaciones.

Dia 11: Vuelta a casa

Esto se acaba. Cuando se que tenemos que regresar me entra el gusanillo de llegar a casa lo antes posible. Desde Les sables d’Olonne son 670 kilómetros.

De camino tenemos la hermosa ciudad de Burdeos, que ya conocemos de otras ocasiones. Si no habéis estado es un lugar estupendo para una escapada, os lo recomendamos.  Lo mismo podemos decir de la ruta que atraviesa el parque natural de Las Landas, o de Bayona y Biarritz.

Hogar, dulce hogar ¿En serio? Nosotros ya estamos pensando en la próxima ¿Y vosotros, sentís más alivio o tristeza al final de un viaje? ¡Contádnoslo en los comentarios!

Roadtrip de 11 días por la Bretaña Francesa (1ª parte)

roadtrip bretaña francesa ruta en coche

Una ruta por la Bretaña Francesa era uno de esos viajes en nuestra lista de pendientes, desde hacía algún tiempo. Desde el norte de España es un destino fácilmente accesible en coche y además es una de las rutas preferidas por quienes viajan en «furgo» o autocaravana. En nuestro caso, el hecho de viajar con Toby, nuestro perribloguero, nos obligó a organizar esta ruta por la Bretaña Francesa priorizando los lugares y planes para disfrutar todos juntos.

Decidir dónde alojarnos con nuestra mascota y organizar las visitas desde esos lugares, fue lo más importante a la hora de diseñar nuestra ruta. Nos hubiese gustado visitar muchos más pero tuvimos que conformarnos con diez noches e intentamos disfrutar de nuestro roadtrip al máximo, con la libertad y la comodidad de movernos con nuestro coche.

Aunque la mayoría de la gente suele alojarse una o dos noches en cada lugar, y así ir completando su itinerario, nosotros escogimos dos puntos bien situados geográficamente para llegar a todos los lugares que llevábamos anotados. Como somos de la opinión de que hay que disfrutar tanto del viaje como del destino, y aunque la región de Bretaña está a unos 800 kilómetros de nuestra casa, preferimos hacer una parada intermedia antes de llegar al punto de partida de nuestro itinerario.

No sabemos si es la ruta perfecta, ni si es la mejor, pero es la que hicimos nosotros. Y si os sirve para organizar vuestra propia ruta por la Bretaña Francesa nos damos por satisfechos.

roadtrip bretaña francesa ruta en coche

Dia 1: Bilbao – Rochefort (Charente Marítimo)

Si no conocéis la Rochelle, o la encantadora Il de Re, os recomendamos encarecidamente que elijáis uno de esos lugares para hacer una parada, evitar hacer demasiados kilómetros en un solo día, y de paso disfrutar de estos destinos que para nosotros están en la lista de lugares imprescindibles en Francia.

En nuestro caso, como ya los habíamos visitado en otra ocasión, de camino al Valle del Loira, decidimos buscar alguno que nos quedase todavía pendiente. El lugar escogido: Rochefort, en el departamento de Charente Marítimo.

Rochefort es conocida por su arsenal marítimo, con la antigua cordelería convertida en museo, y la fragata Hermione (una réplica, en realidad) como una de las atracciones más visitadas. Da la casualidad que en los días de nuestra visita, la famosa fragata se encontraba en plena singladura por el Mediterráneo y el Atlántico.

Tomar un helado en la céntrica Place Colbert, disfrutar de un paseo por el camino que bordea el rio Charente y tumbarse en las extensas explanadas verdes junto al museo de la Cordelerie es un plan perfecto, en nuestro caso ideal al viajar con perro. Si os apetece podéis visitar el Museo Nacional de la Marina.

¿Sabiáis que en Rochefort se encuentra la casa de Pierre Loti? Este marino francés escribió sobre sus viajes por todo el mundo y reunió una colección de objetos de lo más exóticos. Para quienes hayáis visitado Estambul, seguramente os resulte familiar ya que en esta ciudad se encuentra el café que lleva su nombre, y que es famoso por las extraordinarias vistas sobre la ciudad.

Muy cerca de Rochefort se encuentra la Il d’Oleron, más modesta que la de Re, y que aconsejamos tengáis en cuenta de camino a vuestra ruta por la Bretaña Francesa.

Primera etapa de la Ruta por la Bretaña Francesa

 

Dia 2: Rochefort – Aeropuerto de Nantes – Josselin – Ploërmel

Quizá os sorprenda encontrar el aeropuerto de Nantes como etapa de la ruta por la Bretaña Francesa. Tiene una explicación: parte del equipo Dreaming volaba desde Madrid  para disfrutar de la primera etapa del viaje. La ciudad, y su famosa isla de las máquinas, quedarán en la lista de pendientes, para una próxima ocasión.

Nuestro destino era Ploërmel, donde la preciosa casa de Veronique, en las afueras de esta localidad,  iba  a ser nuestro primer alojamiento. A pocos metros de la casa se encuentra el bosque de Broceliande, donde se halla (¿realidad o leyenda?) la tumba del mago Merlín y el Lago del Duque, que es un lugar de esparcimiento excelente, aunque a primeros de junio el tiempo es aún un poco fresco y húmedo para disfrutarlo.

A poco más de 10 Km queda Josselin, uno de los pueblos más bonitos de la Bretaña y de Francia, así que decidimos visitarlo antes de instalarnos. Además se acercaba la hora de comer y no queríamos despistarnos con los horarios franceses.

Encontramos Josselin en obras, en sus calles y alrededor de su famoso castillo, seña de identidad del pueblo y propiedad de la familia Rohan, una de las estirpes más antiguas de Bretaña, desde la Edad Media.

Castillo de Josselin ruta por la Bretaña Francesa

La historia del castillo, que se remonta a principios del siglo XI, está llena de cruentos episodios, como los enfrentamientos entre el Rey de Inglaterra Enrique II Plantagenet y los señores feudales bretones. El Rey no solo arrasó el castillo, también rapto , violó y asesinó a la hija de Eudon de Porhoët, dueño de Josselin.

El castillo está abierto al público entre el 1 de abril y el 31 de octubre. Puede visitarse el comedor, el gran salón, la antecámara y la biblioteca. A 100 metros, el museo de muñecas y juguetes exhibe una de las mayores colecciones de juguetes de todos los tiempos. Puede visitarse junto con el castillo, en las mismas fechas y horarios.

Como no pudimos entrar, ya que Toby nos acompañaba, disfrutamos de un hermoso paseo por la orilla del Oust y por las calles de Josselin, donde admiramos algunas de las casas más antiguas de la población.

El interior de la Basílica de Notre Dame du Roncier también se encontraba llena de lonas, ya que sus famosas vidrieras estaban en restauración. ¡Una pena! pero quizá sea la excusa perfecta para regresar a Josselin en un futuro.

Ploërmel, con su famoso reloj astronómico o la iglesia de San Armel, no figuraba en la mayoría de los itinerarios propuestos, en los numerosos blogs y webs que habíamos leído, pero lo escogimos, además, por la cercanía tanto a Josselin como a Rochefort en Terre, otro de los imprescindibles en cualquier itinerario por la Bretaña Francesa.

Dia 3: Rochefort en Terre – La Gacilly – Malestroit

Comenzamos el día en Rochefort en Terre, probablemente el pueblo que más nos gustó en nuestro roadtrip por la Bretaña Francesa. Cada rincón de sus calles empedradas, sus fachadas llenas de flores, o las tiendas de artesanos de todo tipo, son motivo suficiente para visitar este pueblo «de postal». Recorrer los jardines del castillo y visitar el museo Naia (como ya os contamos, lo hicimos en compañía de Toby) nos llevó gran parte de la mañana.

No pudimos resistirnos a probar un far bretón, ya que el olor a canela, manzana , ciruelas y mantequilla lo invadía todo, ni a comprar unas pastas en L’art Gourmande, una de las muchas tiendas  delicatessen, para tomarlas más tarde en «nuestra casa de la Bretaña».

A tan solo 20 km, La Gacilly es un paraíso verde surcado por el río. También es la sede de la conocida marca de cosméticos Yves Rocher, cuya fundación patrocina cada año el verdadero motivo que nos llevó hasta allí: el festival de fotografía de la Gacilly. 

Si visitáis la Bretaña entre Junio y Septiembre anotad este evento en vuestra agenda, merece realmente la pena. Si durante el recorrido por la exposición, en el jardín botánico, os cansáis, no dudéis en usar una de las hamacas a disposición del público ¡Son realmente cómodas!

El recorrido de vuelta a Ploërmel, ya por la tarde, lo hicimos parando en Malestroit. Las campanas de la Iglesia de Saint Gilles llaman a la celebración de la misa, así que evito visitarla en ese momento. En el exterior, me entretengo leyendo el significado de los relieves y capiteles que ornan la fachada sur del templo: el libertinaje, la lujuria, el adulterio, la avaricia…

Además del encanto natural que poseen los pueblos de la Bretaña, en Malestroit pasear junto al Canal es una experiencia de lo más agradable. Vimos mucha gente en bicicleta, así que anotadlo como opción.

Dia 4: Vannes – Auray – Carnac

Es miércoles, y día de mercado en Vannes. La capital administrativa del departamento de Morbihan posee un rico patrimonio e infinidad de lugares para visitar, pero tengo que confesar que, museos, edificios religiosos e históricos aparte, nos fascinan los mercados.

Vannes mercado ruta por la Bretaña francesa

Quizá otras visitas nos muestren el pasado de una ciudad o pueblo, pero darse una vuelta por  los mercados y observar a los locales dice mucho de su carácter y del presente. En la Place des Lices, los productos bio y los productores locales comparten espacio con los puestos de flores, calzado o ropa. Es muy curioso, pero veo pocos carritos de la compra y en su lugar unas coquetísimas cestas de mimbre que portan tanto los jóvenes como los ancianos, y en muchos casos hombres.

El mercado de alimentación, cubierto, es un disfrute para los sentidos: quesos, foie-gras, puestos de comida para llevar, productos italianos, comida mejicana, pescados y mariscos, frutas y verduras expuestas con esmero y hasta pasteles, chocolates y bombones. Nos turnamos para entrar mientras uno de nosotros hace guardia con Toby, y no nos importa demorarnos. Lo admitimos,  la boca se nos hace agua.

Antes, hemos dado un paseo por el puerto para entrar por la puerta de San Vicente, en la muralla sur. Descubro que el patrón de mi lugar de nacimiento, San Vicente Ferrer, murió en Vannes, es también patrón de esta ciudad  y está enterrado en su Catedral, la de San Pedro.

No muy lejos se encuentra precisamente la Place Valencia (el santo patrón murió en la casa con  el número 17)  y en la esquina de la calle Noe los personajes de Vannes y su mujer, dos sonrientes y mofletudas tallas en madera en la fachada de una casa del siglo XVI, que ha sido declarada monumento histórico y que seguro habéis visto en infinidad de fotografías. En el casco histórico de Vannes se pueden contar 171 casas de madera (vale, no las hemos contado) con el entramado típico de la zona ¡Nos encantan!

Recorrer las murallas de Vannes, con sus jardines y preciosas vistas, es un buen plan pero una fina lluvia nos disuade, así que nos ponemos en marcha hacia Auray, otra de las visitas que hemos añadido a nuestra ruta por la Bretaña Francesa.

Auray es un destino añadido a última hora, en mi lista de lugares que ver ¡Y en buena hora! Hubiese sido una pena perdernos esta población y el encantador puerto de Saint-Goustan. Las callejuelas empinadas, las casas y palacetes, y los muelles, que durante los siglos XVI y XVII bullían de actividad con el transporte de vino y cereales. El Quai Martin y el Quai Franklin, en honor al presidente norteamericano que atracó en este puerto, en 1776, para mantener una audiencia con Luis XVI ¡Incluso hay un bar que lleva su nombre!

Auray Quai Franklin ruta por la Bretaña francesa

Las terrazas comienzan a llenarse en las plaza de Saint Sauveur, nosotros escogemos la del L’Armoric, desde la que observamos los barcos de madera a pocos metros y más allá, en el pantalán, un velero sobre el que se afana su patrón y al que estaremos eternamente agradecidos por ayudarnos tras el «incidente» con Toby (si leísteis nuestro post con los mejores perriplanes en la Bretaña ya sabéis de que os hablo. En caso contrario ¿A qué esperáis para leerlo?)

Carnac es el destino siguiente de nuestra ruta por la Bretaña Francesa, donde se encuentra el conjunto megalítico más grande del mundo, los famosos alineamientos de Carnac, rodeados de misterio y leyendas que intentan explicar la presencia de miles de menhires y dólmenes en la zona. Desde el centro de información frente al alineamiento de Ménec (el más grande, con 1099 piedras colocadas en 11 filas) parte un trenecito turístico con audioguía en varios idiomas. El recorrido, unos 50 minutos, es una buena forma de recorrer estas enormes extensiones y llegar hasta el encantador puerto de Trinité Sur Mer.

alineamientos Menec Carnac ruta por la Bretaña francesa

Mientras decidimos qué hacer y nos preguntamos si admitirán a Toby a bordo, el tren acaba de arrancar y no nos queda otro remedio que hacer el recorrido por nuestra cuenta. Pero no pasa demasiado tiempo cuando la lluvia viene a aguarnos la fiesta y el cansancio hace mella, así que decidimos regresar a casa.

Esta será nuestra última noche en Ploërmel y también el final de la primera etapa en nuestra ruta por la Bretaña Francesa. Por la mañana hay que hacer una parada en el aeropuerto de Rennes (se acabó el viaje para parte del equipo) y seguir hacia el norte ¿Próximo destino? Para eso tendréis que esperar hasta el próximo post ¡Nos leemos!

19 +1 perriplanes en la Bretaña francesa

¡Guau! Hace ya un tiempo que no me pasaba por aquí, pero hoy vengo a daros un montón de consejos e ideas si habéis decidido viajar a la Bretaña con perro (¡Y espero que si!)

Acabo de regresar de un superviaje con mi familia humana. Ellos todavía están deshaciendo maletas y yo, mientras tanto, estoy probando mi cama nueva porque tantos kilómetros cansan ¡eh!… no os vayáis a creer lo contrario.

Francia es un país maravilloso para viajar juntos, peludos y humanos, ya que soy bien recibido en casi cualquier sitio (bueno, algunas excepciones hay que luego os detallaré) La Bretaña es una región al norte del país, y debe de estar muy al norte porque me pareció que no llegábamos nunca.

Antes de hacer este viaje, mi dueña pasó muchas horas delante del ordenador buscando todo tipo de información para viajar a Bretaña con perro y no vayáis a creer que encontró tanta como le hubiese gustado. Así que voy a ponerle remedio con este post de  perriplanes en Bretaña con perro (bueno, en realidad son buenos planes para acompañar a los humanos)

 

 

1. Perriplanes en Josselin

 

Dicen que este pequeño pueblo que es de los más bonitos de Francia y que tiene un castillo como los que aparecen en los cuentos. Pero como yo no puedo visitarlo, no os voy a contar todo lo que podéis ver sino lo mejor que podéis hacer en este pueblo de Bretaña con perro.

Además de recorrer sus calles, que tienen unas casas de madera antiquísimas (dice mi dueña que son medievales), hay un lugar estupendo para pasear: la orilla del rio (el Oust, así se llama) ¿Sabéis que por esta misma orilla transcurre el Camino de Santiago? Quizá algún día yo también sea Perregrino.

Si llega la hora de comer, no dudéis en acompañar a vuestros humanos a «La Terrasse», un curioso bar lleno de cachivaches antiguos que servían para trabajar en el campo y una colección de varillas de batir con las que se hacía la mantequilla. Seréis bien recibidos, y vuestra familia también ¡Ah! Está en la Rue Glatinier.

 

2. Perriplanes en Rochefort en Terre

 

Uno de los pueblos más bonitos que visitamos y con un montón de buenos planes si viajáis a Bretaña con perro. 

El Castillo de Rochefort tiene unos jardines enormes, en realidad parece más bien un bosque por la cantidad de vegetación y árboles que hay. A veces hacen representaciones teatrales para niños, contando historias de caballeros y batallas. Ellos pueden hacerse, con sus padres, una foto de familia «vestidos» de caballeros y damas medievales, y mi dueña y yo no quisimos ser menos ¿A que estamos graciosos?

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Pero lo que más nos gustó fue poder visitar juntos un museo ¡Y yo no era el único visitante perruno! Se trata del Museo Naia. No dejéis de visitar su web y os asombraréis como nosotros de las obras expuestas (pintura, fotografía, esculturas o montajes audiovisuales) Fue una experiencia muuuuy reguau.

 

3. Perriplanes en La Gacilly

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La Gacilly tiene un enorme jardín botánico y un río que hace muuucho ruido cuando atraviesas el puente que lo cruza, y eso no me hizo mucha gracia, la verdad. Pero si visitáis la Bretaña con perro en verano, entre Junio y Septiembre, tenéis que conocer este sitio.

Me encantó husmear entre las plantas, olía muuuy bien, y mientras paseábamos mi familia disfrutó de lo lindo de una exposición fotográfica al aire libre.

Seréis bien recibidos en el Bar Bretón, donde podréis comer crepes y galettes que están para chuparse los bigotes.

 

4. Perriplanes en Malestroit

Este pueblo es pequeño, pero tiene un lugar estupendo para dar un paseo en familia: las orillas del Canal de  Nantes a Brest. Se puede caminar junto al canal varios kilómetros, hasta que te canses, mientras disfrutas viendo las casitas pegadas a la orilla. Si disponéis de mucho tiempo incluso hacer alguna excursión en barco por el canal ¡Si volvemos seguro que nosotros también nos apuntamos a  alguna!

 

5. Perriplanes en Vannes

 

Visitamos Vannes el día de mercado, así que había mucha gente por el centro pero en ningún momento esto supuso un problema. Así que además de descubrir sus casas de entramado de madera y encontrar las figuras de Vannes y su mujer, lo mejor que podéis hacer es dar un paseo por el puerto y sentaros en la plaza Gambetta a tomar algo (hay opciones para todos los gustos y bolsillos) Nosotros lo hicimos en Daily Gourmand. Otro paseo espectacular es de el Les Remparts (las murallas) con unas preciosas vistas.

 

6. Perriplanes en Auray

¡Reguau! Que bien lo pasé en este pequeño pueblo, cerca de Vannes en dirección a la costa. El puerto de Saint-Goustan es una chulada. Se puede pasear por ambos lados, tanto por el Quai Franklin (y si, se llama así por el presidente americano Benjamin Franklin que llegó a Auray en 1776… pero eso no son cosas de perros, jeje) donde hay muchas terrazas y restaurantes, como por el Quai Martin, que es un sitio estupendo para corretear sin correa. Claro que , como no se leer, no entendí bien lo de «prohibido el baño» y me puse perdidas las patas con el fango de la orilla.

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Aún no entiendo muy bien porque se enfadaron conmigo, bueno si… aunque al final un señor muy simpático que estaba en el pantalán, en su barco, nos dejó una manguera para lavarme ¡Y asunto arreglado!

 

7. Perriplanes en Dol de Bretagne

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La Grande Rue des Stuars es la calle principal del pueblo, llena de bares, pubs y comercios. En todos los sitios fui bien recibido, especialmente en el salón de té de Amélie. Pero en realidad lo mejor en Dol de B es el paseo que rodea las antiguas murallas, con un jardín botánico estupendo (promenade Jules Revert) ¡Ah! y saludar a los gatos del vecindario (aún no entiendo que no me dejasen…).

 

8. Perriplanes en Vivier sur Mer

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Desde Dol de B hacia Cancale y Saint Malo por la carretera de la costa, os encontraréis con este pueblecito lleno de encanto, con un montón de molinos reconvertidos en casas y una playa preciosa. Junto a la playa, una vía verde que rodea toda la Bahía (se puede llegar hasta Saint Malo en bicicleta o caminando, claro)

Había algunos compis perrunos en la playa y dimos un paseo largo que nos gustó mucho (también a mis humanos)

 

9. Perriplanes en Cancale

Los humanos vienen hasta aquí para probar sus famosas ostras, así que me divertí  pisando sobre los montones de cáscaras que dejan junto a los puestos donde las venden, en el paseo marítimo. Si me hubiesen dejado, también lo hubiese pasado de miedo persiguiendo a las gaviotas, pero vaya ¡no pudo ser! Así que paseíto y agua fresca, que hacía calor.

 

10. Perriplanes en Saint Malo

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Ufff ¡Cuanta gente había por aquí! Es una de las ciudades más turísticas, así que no me gustó mucho caminar por dentro de la ciudad amurallada.

Mejor perriplan fue pasear por encima de las murallas (son 2 km más o menos) donde tuve ocasión de acechar a muuchas gaviotas. Menos mal que iba atado porque si no… pero es que estos pájaros se ríen, la verdad no se que les hace tanta gracia.

 

11. Perriplanes en Saint Suliac

 

Este pequeñísimo y precioso pueblo tiene un puerto junto al río Rance por el que da gusto pasear. Las casas son una preciosidad, aunque no vimos a nadie por las calles, y como en Francia se cena prontito aprovechamos para hacer lo mismo. En Au Galichon seréis bien recibidos, peludos y humanos, y podréis comer carne riquísima que asan en una chimenea o unas galettes , que a mi dueña le encantan.

12. Perriplanes en Locronan

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Este pueblo también es precioso y aquí me crucé con muchos compis perrunos que acompañaban a sus dueños. Así que me da que es un buen destino para viajar a Bretaña con perro. Fuimos de tiendas, en la mayoría pude entrar, y todo el mundo me hizo un montón de mimos.

Tenéis que llevar a vuestros humanos a la crepêrie Le Temps Passé, sobre todo porque María, una simpatiquísima gallega, les preparará un café estupendo y mi familia dice que eso en Francia es raro.

 

13. Perriplanes en Dinan

Esta ciudad es preciooosa (eso dice mi dueña, jeje) y con unas casas medievales increíbles. Paseando hice buenos amigos perrunos, una perrita especialmente que yo creo se enamoró de mi y nos acompañó un rato. Bajamos por una calle empinadísima hasta el puerto donde pudimos sentarnos tranquilamente.

Si pesáis hasta 7 kilos vuestra familia puede alquilar un barquito (por horas) y llevaros a recorrer el río Rance ¡Vaya lata lo del peso! estoy seguro que en el barco cabíamos los tres.

 

14. Perriplanes en la Costa de Finisterre: La Pointe du Raz

 

Yo no se si este lugar es el fin del mundo pero tuvimos que desviarnos mucho para llegar hasta aquí. Mi dueña había leído que otros perriblogueros habían hecho este recorrido, así que quiso llevarme.

La Pointe du Raz es un entorno protegido, así que hay que ir con correa eh, no vayáis a pisotear todas esas plantas que huelen taaaan bien. Me pasé todo el camino olisqueando hasta llegar a la punta, donde nos sentamos a contemplar el mar ¡Como me gusta que el viento me alborote las orejotas!

Estuvo bien aunque yo, que he visitado Galicia con mi familia, ya había recorrido otros sitios parecidos. Si tenéis tiempo, y el día está claro, lo mejor es hacer el circuíto largo (2 horas y media aproximadamente) y ver el atardecer sentados en las rocas.

 

15. Perriplanes en Concarneau

Todo el mundo visita la Ville Close, una antigua fortaleza junto al puerto, y yo no iba a ser menos. Es un islote unido a tierra por un puente levadizo ¡Como en las pelis! Así que hay bastante gente, y tiendas, y un olorcillo a mar que me vuelve loco. Por la noche está mucho más tranquilo así que el paseíto nocturno también me gustó.

 

16. Perriplanes en Pont Aven

viajar a la bretaña francesa pont aven con perro

Aquí pintaba un señor muy famoso (un tal Gauguin) pero lo mejor si viajas hasta este pequeño pueblo de Bretaña con perro es dar un paseo por la orilla del río (el río Aven, claro) y disfrutar de las sombra y el frescor de las plantas y del sonido del agua a su paso bajo el puente.

Si llevas a tu familia a comer a Ca’Lidovine, un estupendo restaurante italiano que está justo sobre el río, seguro que te cae algo y además te ofrecerán agua fresquita.

 

17. Perriplanes en Le Mont Saint Michel

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Le Mont Saint Michel ya no es Bretaña, sino Normandía, aunque los bretones no lo tienen muy claro. Es una visita obligada si viajas a Bretaña con perro , y si no también.

Sobre este destino tengo que comentaros algunas cosas MUY importantes. Mi dueña había recabado información sobre la visita a Le Mont Saint Michel con perro pero yo os voy a contar algunas cosas más.

Como ya sabíamos, NO puedo subir en el autobús lanzadera ni en los coches de caballos que llevan a los visitantes desde el aparcamiento. Tampoco acceder a la famosa Abadía, pero si al pueblo, aunque había bastante gente y las calles son estrechas.

En el centro de visitantes de Mont Saint Michel ofrecen un servicio de «Guardería canina». Mis dueños habían pensado dejarme allí para visitar la Abadía tranquilamente, seguros de que, con el trato que tienen los franceses hacia las mascotas, iba a quedar en buenas manos. Pero ATENCIÓN : no es una guardería canina, es una PERRERA, una triste habitación cerrada, con luz artificial y jaulas, donde te quedarás solo, sin personal… Por supuesto yo no quise entrar en el chenil, pero es que la cara de mi dueña cuando vió aquel lugar fue todo un poema.

Ella, que me contaba por el camino que iba a estar seguro con otros perritos y con chicas simpatiquísimas que jugarían conmigo… Ufff ¡menos mal que no me dejaron allí! bastante tuve con el tiempo pasado en la perrera cuando me abandonaron. Así que no os dejéis engañar ¡NO es una guardería!

De modo que , todos en familia, con un paseo de 35 minutos ¡Hasta Le Mont Saint Michel! Fui buenísimo esperando con uno u otro mientras se turnaron para visitar la Abadía y nunca en mi vida me han hecho tantas fotos ¡Si yo no conocía a esa gente de nada! pero me decían «beautiful, beautiful».

 

18. Perriplanes en Omaha Beach

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¡Guauuuuuu! Pedazo de playa. Si viajas a Bretaña y Normandía con perro seguro que no te pierdes esta visita.

Aquí pasaron cosas terribles, en una Guerra (aunque soy un perro se que eso es algo muy malo) pero yo solo ví kilómetros y kilómetros de playa a bajamar. Así que decidí, por mi cuenta y riesgo, echarme unas carreritas, al principio cerca de mis dueños, pero luego me envalentoné persiguiendo aves y ya sabéis… lo uno lleva a lo otro. Cuando me quise dar cuenta eran kilómetros lo que había recorrido, sin descanso, y en medio de una niebla tremenda. A mi me daba igual pero a mi familia no, claro, que sabían que podía despistarme. Así que corrieron detrás de mi hasta quedar extenuados. Me paré a saludar a unos compis perrunos y entonces les vi llegar apuradísimos.

Me mojé un poco, bueno bastante, y eso que yo no me suelo bañar en el mar. Me riñeron, con razón, y al día siguiente no podía con las pezuñas.

No pude entrar en museos y cementerios pero esperé pacientemente en el coche, con las ventanillas algo bajadas, y además el día estaba fresquito, así que no me importó echarme una siesta en el asiento trasero ¡Que correr por la playa cansa!

 

19. Perriplanes en Rochefort (de camino a Bretaña con perro)

 

Si viajas hasta Bretaña con perro piensa que son muuuchos kilómetros para hacer de un tirón. Además de las precauciones lógicas de parar a estirar las piernas y llevar agua para que beba, plantéate,  como mi familia, hacer el viaje en dos etapas y de paso disfrutar de alguna ciudad que os pille de paso.

Salimos de Bilbao y había un montón de destinos chulos donde parar, pero muchos ya los conocíamos (Burdeos, la Rochelle etc) así que optamos por Rochefort, en el departamento de Charente-Maritime. Es un pueblo tranquilo, con gran tradición naval, museos, y un paseo larguísimo junto al río. Si nos seguís por Instagram (@dreamingholidaystravel) veríais lo bien que lo pasé.

 

20. Perriplanes en Les sables d’Olonne

( etapa de vuelta desde Bretaña con perro)

A la vuelta, lo mismo, paradita para no darnos una pechada de viaje.  Mi dueño es muy aficionado a la vela, así que paramos en esta ciudad de la que parte la Vendée Globe, para visitar su paseo de la fama. En el paseo marítimo están estampadas las huellas de los ganadores de esta regata en solitario.

viajar a bretaña con perro

Nos dimos un paseo larguísimo desde el Puerto hasta allí, y descubrimos una playa estupenda. Desde abril hasta octubre los perros no podemos pisarla ¡Qué lata! pero fuera de  temporada tiene que ser una auténtica gozada.

 

¿Qué os han parecido nuestros perriplanes, en este  viaje con perro a Bretaña y Normandía? Espero que os resulte útil toda la información y que llevéis a vuestros compañeros de 4 patas con vosotros. Podéis dejarme un comentario y así me daré por enterado.

¡Ah! y recordad todo lo que debéis llevar en vuestra maleta perruna