Me he lanzado cuesta abajo nada mas apearme del autobús que, desde Sorrento y cargado de turistas, nos ha llevado a Positano, recorriendo las curvas vertiginosas de la Costa Amalfitana. He gritado: Marcello, Marcelloooo… entre risas, emulando a Diane Lane en “Bajo el sol de la Toscana”, esperando que el guapísimo italiano se asomase a un balcón que...

